En busca de la bella dulcinea

Esta mañana y después de la tempestad siempre lleva la calma, me desperté y lo primero que mi mente pensó fue en ver el día que hacia, una respiración rápida y un latir veloz de mi corazón prevía que hoy no habria ninguna batalla que librar ni relatar. Mis sensaciones fueron equivocas, pues fiel a su cita con su caballero apareció su leal escudero de nombre Sancho Carraskillo, paso toda la noche velando armas y portador de los escudos de armas, saco su noble mula Mendiz de la cavalleria y se enfundo con su armadura, Sancho Carraskillo era consciente que tenia que librar muchas batalla al lado de su caballero para llevar alcanzar el honor de poder portar un caballo de carbono el cual ya tenia solicitado pero este venia de tierras Germanas y aun estaba en camino. Yo Quijote Afaito caballero de linaje me dirigí a caballería a enfudar la silla a mi noble compañera BH y junto a su leal escudero partimos para tierras lejanas en busca de Dulcinea.

   Pronto allemos el primer obstáculo en nuestra búsqueda era un ciclope llamado Font Rubi, sin temor y junto a Sancho Carraskillo con paso firme de nuestra caballería pusimos rumbo para batallar con semejante fiera. El paso lo puso el caballero seguido de su noble escudero quien a pocos centímetros y con mira de concentración tomaba buena nota de como desembolverse en campo de batalla, el ciclope se defendía con racha de viento que desprendía para frenar nuestro impulso por hacer cima, el primer obstáculo tocaba su fin sin darnos mucho trabajo el ciclope caía como casi todos. Pronto sin tiempo de saborear la hazaña y con la mente puesta en el camino a seguir, allamos el siguiente obstáculo un tipo extraño que presumía ser de los gigantes de la zona llamado LA Llacuna, Sancho Carraskillo grite, sigue a tu noble caballero que esta batalla la libraremos juntos, Sancho Carraskillo advirtió a su noble la presencia de otros cavalleros de diferentes escudos de armas los cuales tenian una presencia muy buena, Sancho Carraskillo alentó a su caballero a prestar servicios con el resto de caballeros de otras tierras, pero Quijote Afaito en una respuesta contundente cayó la exclamaciones de su escudero diciéndole que estaba batalla la hiban a librar juntos, El caballero cogió la responsabilidad de la batalla y dirigió su montura hacia la entrañas del gigante, a Sancho Carrakillo se le podía observar detrás de su caballero con gesto de cansancio pues esta batalla ya empezaba a maltetrar su musculatura y empezaba a tener pequeña heridas en forma de rampas, el caballero consciente de la labor tan digna de su escudero intentaba subir su moral diciéndole, mirad Sancho Carraskillo aquellos caballero con tan buena planta están a escaso metros nuestro y la batalla llega a su fin, alentado por las palabras de su caballero Sancho Carraskillo sonrió a su caballero y exclamo mi señor es que no somos tan malos, yo sonreí le di una palmadita y pusimos rumbo a tierra de Tarraco allí nos esperaban nuevas aventuras.
 



El Caballero Quijote Afaito

El Escudero Sancho Caraskillo

   Los kilómetros pasaban y los gestos de mi escudero sobre su mula no eran buenos las heridas no cicratizaban y los gesto de dolor eran aparente en su rostro, en pequeñas batallas con pequeños seres mi rabia se apoderaban de mi y desvocaban mi Bh que cabalgaba velozmente en busca de esos seres, detrás Sancho Carraskillo atónito en su mirada gritaba mi señor son molino, son molinos pero el caballero no hacia por escullar las palabras de su fiel escudero y enfilaba en forma de serie adiestrando fuertes golpes de pedales a esos seres. Pasado la locura transitoria del caballero Quijote Afaito se reunió con su escudero y después de reponer su sed en una fonda, siguieron con sus monturas en busca de Dulcinea, por el camino y si el furor de la batalla ambos personajes se contaban historia vividas ya pasadas. Animo Sancho Carraskillo que esta es la ultima batalla que nos espera, tomaremos agua de esta fuente para afrontar la batalla final, después de repostar agua los dos tomaban el camino hacia el ultimo gigante Stes. Creus gigante de 10 kilómetros, pronto el caballero Quijote Afaito se alejo de su noble escudero quien veia que el paso de tanta batalla estaba afectando en su estado fisico. El caballero prefirió espera a cortos metros de Sancho Carraskito para observar a su escudero ver como se defendia en el seno de la batalla, este con mirada de satisfacción por ver como aquel escudero estaba dando paso de gigante para alcanzar a ser un ansiado caballero, pero antes de conseguirlo Quijote Afaito daba aliento a su escudero en forma de apoyo, este le mostró el camino a seguir y el caballero atónito ante el esfuerzo que estaba desarrollado su escudero le comnentaba que cuando no se tienen fuerzas para luchar y afrontar la batalla Sancho Carraskito puede que te entre las dudas de si llegaras a ser un gran caballero, tu no dudes de que conseguirás tal honores, pues yo un gran caballero are de ti que seas rápido, fuerte y no tengas miedo y aparta tales pensamientos y enfoca tu rabia en el hacer una cabalgada fuerte y firme, que la batalla esta a su fin. Lo ves Sancho Carraskillo después de tu sufrimiento llega tu recompensa y esta no es mas que salir vivo de 4 feroces batallas, así que no dudes de tu valía pues solo con esfuerzo y valentía se forja un caballero. Sancho Carraskillo sonrió y se inflo de gozo al sentir las palabras de su caballero el cual con voz profunda le dijo y ahora escudero pondremos rumbo a casa que allí en la fonda El Parador calmaremos nuestra sed con copas de cerveza y comentaremos próxima batallas y destinos. así los dos personajes cumularon 150 kilómetros de nuevas aventuras los dos juntos como caballero y escudero.